Luis Van Beethoven, el genio musical por excelencia, nació en Bonn (Alemania), el 16 de diciembre de 1770. Descendía de una familia flamenca, pues su abuelo paterno, llamado también Luis Van Beethoven, procedía de Ámbares y se había instalado en Bonn veinte años atrás. El tal abuelo era músico y había desempeñado el puesto de organista en la capilla del príncipe elector de Bonn. Su esposa, María Josefa Poll, era de por demás aficionada al vino, que el organista vendía en un despacho que instaló para ayudarse.
Juan Van Beethoven, hijo de este matrimonio, heredó de su madre la afición a la bebida. Su padre, con la ambición de que el hijo alcanzara un gran destino artístico, le enseñó el violín y le hizo ingresar en el coro de la iglesia. Las esperanzas del organistas se vieron frustradas a los veinte años Juan se casaba con una joven viuda. María Magdalena Kevirich, hija del inspector de las cocinas de la corte. Ella desempeñaba el puesto de camarera de las “Realezas Electorales”.
Luis Van Beethoven, el músico genial, era el mayor de los siete hijos nacidos de este matrimonio, cuatro de los cuales fallecieron en la primera infancia.
Desde muy pequeño, Luis demostró poner condiciones naturales para la música, y su padre quiso forzar su vocación obligándole a estudiar el piano y el violín. Horas enteras lo mantenía encerrado en una habitación entregado al estudio, desde antes de cumplir los cuatro años de edad. Cuando el niño, rebelde por naturaleza, se negaba a estudiar, el padre, que por lo común estaba ebrio, lo castigaba brutalmente. Lo único que conseguía con esto era que el pequeño, en quien el genio musical estaba latente, odiara la música, y su carácter se hiciera cada vez más díscolo y huraño.
Aún en contra de su voluntad, Luis hizo rápidos progresos en la música, y su padre lo exhibía como un niño prodigio, para obtener dinero que dilapidaba luego en las tabernas.
El primer maestro de Luis fue su padre, pues la pobreza de la familia impedía que se le nombrara un profesor de mayor capacidad. Más tarde se hizo cargo del niño un director de orquesta llamado Pfeiffer. Van der Eden, organista de la corte, se ofreció luego para darle lecciones gratuitamente, y con esta ayuda se manifestó plenamente la vocación musical de Beethoven. A los once años formaba parte de la orquesta del teatro de Bonn. A los trece era organista.
La música sigue avanzando sean cuales sean nuestras ideas de ella, generación va, generación viene y la música va formando parte de todo nuestro tiempo, nos acompaña desde nuestra niñez hasta nuestra vejez , y aun en nuestra muerte esta presente. El gran premio de la música en general es el aplauso.. El gran reconocimiento del arte de la música jamas sera ignorado.. Vivimos un tiempo musical todo se dice con música, es el arte mas allegado a todos los hombres que pueblan este mundo. El rey David el gran Salmista aquel adorador de las montañas pregono sus salmos y elevo su canto de gloria al Señor.. Aun en este tiempo de confusión la música es inspiradora , aun cuando estamos desfalleciendo en un ambiente contaminado la música sigue siendo el gran refugio, y el hermoso lugar que nos calma, y nos produce contentamiento.El canto de todos los pueblos con su diversidad de lenguas han contruido junto a la música el himno de la cultura.El cantor de las micros, el de las calles, el del metro, el que grita y canta sus productos, todos viviendo el compás interminable de la música.. El de la guitarra vieja que alaba a su Señor y no es conocido por nadie,y al niño que musita sus primeras palabras y canta..Porque en la boca de los niños perfeccionaste la alabanza dice la escritura... Todo es un canto el hombre saca de su corazón la canción, pregona con su canto mas dulce cuando implora la paz en el mundo, el hombre no odia cantando, el hombre cuando canta ama, porque este don que le regalo el omnipotente lo amansa, lo convierte en ángel, y lo que es mas grande lo empina hacia la eternidad...